El presente suele ser con frecuencia un infierno de ansiedades y tensiones, un mundo de carencias.
Buscás soportarlo teniendo esperanzas que te proyecten al futuro. Vivís hoy pensando en luego, en mañana. Vivís a causa del mañana. Esperás que mañana suceda algo, algo extraordinario... y cuando llega el mañana, no llega como un mañana, sino como un hoy: la mente se ha vuelto a mover. Te adelantás a vos mismo: eso es soñar. No sos real en el aquí y ahora, estás en otro sitio, saltando hacia adelante. ... El sueño puede ser también inverso: no vivís aquí sino en algún tiempo pasado... Dá lo mismo si estás atrás o adelante, el punto es que no estás acá. Echás a perder tu presente a cambio de lo que no es.
Yoga es una ciencia para estar en el momento presente. Yoga significa que no estás ya más dispuesto a esperar nada, a no adelantarte a tu propio ser. Yoga significa que estás ahora interesado en la realidad tal cual es: no te interesa lo que fue, ni lo que podría llegar a ser, ni lo que debería ser. ... En este sentido hablamos de liberación: sólo la realidad puede convertirse en liberación, cualquier otra cosa es perpetuar la esclavitud y el sufrimiento porque se basan en sueños.
El Yoga no es una religión porque te propone que pongas a prueba sus técnicas y veas cómo funcionan en vos. No te pide que creas dogmáticamente en nada. Tampoco es una filosofía porque no se trata de que te pongas a pensar, sino de que logres llegar a ser.
La práctica consiste en realizar reiteradamente, ocho pasos que son Autocontrol, Conductas, Ejercicios de Respiración, Aislamiento Sensorial, Concentración, Meditación y Realización del Yoga.
Unas palabras más antes de empezar: todo lo que vemos acá debe ser interpretado correctamente. Es muy fácil fanatizarse y obsesionarse con el Yoga. Entonces en lugar de conducirte hacia un estado de mayor bienestar, te conducirá a la locura.